Garcilaso de la Vega es uno de los mejores poetas de nuestra literatura, un gran autor del Renacimiento español (S.XVI) inspirado, como todos sabéis, en el Renacimiento italiano (S.XV y S.XVI).
El Renacimiento fue una etapa de la historia de las artes caracterizada por la recuperación los temas, el estilo y los principios filosóficos de la cultura clásica de Grecia y Roma. Se inserta dentro del movimiento ideológico del Humanismo, que llevó a pintores, escultores, arquitectos, músicos, escritores y pensadores a volver la mirada hacia los más destacados artistas y filósofos de la Antigüedad griega y romana, como Ovidio (Metamorfosis, Ars amandi), Homero (Ilíada, Odisea), Virgilio (Eneida, Bucólicas), Fidias (Partenón), Platón (mito de La caverna, La República)... El Quattrocento (cuyo centro fue Florencia) y el Cinquecento (Roma) italianos, como veremos, están plagados de referencias clásicas, muchas de las cuales podéis ya empezar a disfrutar a través de numerosos enlaces de este blog.
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Garcilaso de la Vega |
Pero volvamos a la figura de Garcilaso y veamos cómo su poesía está en estrecha relación con la obra de Miguel Ángel, Rafael, Leonardo o Bernini. Ya sabréis que las diferentes artes (pintura, escultura, música, literatura...) están y han estado siempre interrelacionadas. Al mismo tiempo, todas y cada una de las obras de arte son, en parte, manifestación o producto de una determinada etapa o momento histórico, y se hacen eco de él, poniendo de manifiesto sus características más relevantes. Ejemplo de todo ello es el modo en que Garcilaso y Bernini, cada uno a su manera, recrean el conocido mito griego de Apolo y Dafne, narrado con genial maestría por Ovidio (43 a.C) en su
Metamorfosis . La escultura podremos admirarla el día 28, el primero de nuestro recorrido. El soneto, os lo dejo aquí, para que podáis leerlo ya.
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Apolo y Dafne |
(1501-1536)
Soneto XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían;
de áspera corteza se cubrían 5
los tiernos miembros que aun bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía 10
este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Desde luego, Garcilaso es uno de los grandes. La escultura y el soneto parecen hechos por la misma persona. Me ha gustado la entrada, Mayo.
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarno esta mal la pagina. enhorabuena, mayo
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